Todos los Videojuegos Realistas Deben ser Divertidos

El realismo y los videojuegos

En 1986 apareció BMX Simulator, un juego que quizá no haya pasado a la historia como uno de los más importantes. El juego desarrollado para la Commodore 64 enfrentaba a dos jugadores o a uno contra la máquina en una carrera de motocicletas. BMX Simulator intentaba emular con realismo las carreras de motocicletas.

Más allá del peculiar trabajo de gráficas, creo que es importante destacar dos aspectos de este juego:

1. Se adhiere a la extensa lista de videojuegos que han ayudado a mantener la compleja relación entre la industria deportiva y de los videojuegos. Este es un aspecto que no puede -ni debe- pasar desapercibido, especialmente si consideramos la importancia que hoy tienen franquicias como Madden o FIFA.
2. BMX Simulator es uno de los primeros juegos que incluye en su título la palabra “simulador”. Abriendo así un género que ha mantenido un cierto nivel de popularidad hasta la actualidad.

Si bien tenemos videojuegos que nos proponen mundos fantásticos, también es cierto que hay un interés constante por desarrollar videojuegos que emulen de forma precisa la realidad. Ahora bien, habría que hacernos una pregunta esencial ¿qué es lo que se evalúa de este “realismo” que los jugadores esperan de los videojuegos que consumen?

Un contraste.

LoL es un juego con personajes fantásticos, habilidades y poderes mágicos, sin embargo siempre hay un constante ajuste a los valores numéricos de las habilidades, hechizos, armas/herramientas para la build de cada campeón. Esto significa que el “realismo” del juego yace en el establecimiento, control y ajuste de esos valores. El número nos permite establecer un punto objetivo al que todos los jugadores deben atenerse.

Microsoft Flight Simulator es un ¿juego? que ha atraído la atención no solo de aficionados a la aviación, sino también de pilotos y hasta plane spotters. La franquicia se ha desarrollado de tal manera que el juego ha puesto atención a detalles ínfimos para mejorar la experiencia: desde la vista de cada ciudad disponible con sus respectivos aeropuertos, el interior de cada avión hasta la forma en que el clima afecta a cada aeronave dependiendo su tamaño. Es decir, el “realismo” se refleja en el nivel visual pero también de control basado en los datos técnicos de cada avión así como del diseño de ambientes por donde el jugador tendrá una experiencia cercana a volar.

¿Todos los juegos realistas son divertidos?

Entre nuestros conocidos no faltará el jugador que pone especial atención a la calidad de las gráficas y, en general, al realismo de los juegos para dar su veredicto sobre algún título. ¿Esta es la fórmula exitosa? Mientras más realista ¿más divertido?

Pensemos por ejemplo en el caso de Desert Bus, un juego desarrollado en 1995 para SEGA que no logró comercializarse. El juego nació originalmente como una forma de hacer evidente que los videojuegos no producen efectos en las decisiones morales de los niños que los consumen. En este título, el jugador debe hacer el recorrido en carretera desde Tucson (Arizona) hasta Las Vegas (Nevada) en un trailer a lo largo de 8 horas, que es la duración de dicho trayecto si viajas a una velocidad constante de 70 kilómetros por hora. El juego comenzaba con la siguiente leyenda:

Absolute entertainment presenta orgullosamente lo primero en su linea de “verisimuladores”. Juegos asombrosamente reales.

No hay posibilidad de poner pausa, una vez que comienzas debes terminar el recorrido luchando constantemente con mantener el vehículo sobre la pista. El jugador gana un punto por cada 8 horas de viaje, lo que hace bastante valiosos los récords que se alcanzan en el juego.

Un dato curioso. Penn y Teller, creadores de este peculiar juego, idearon un premio al jugador que tuviera el mayor record de puntaje: un viaje de 8 horas por la carretera de Tucson a Las Vegas acompañado de músicos y coristas. El concurso no logró concretarse, sin embargo Desert Bus -que comenzó como una broma- terminó alimentando un género que probablemente siga creciendo y nos acerque a un realismo que no termino de entender. ¿Lo divertido es la experiencia de lo común o la sensación de cronolapsus que tenemos en ese mundo.